GEOPOLÍTICAS

Toda geopolítica puede ser comprendida como una representación racional y subjetiva de las relaciones de poder establecidas entre actores respecto de un territorio y sus recursos.  

Las críticas más pertinentes que se han planteado al enfoque geopolítico son las que cuestionan el excesivo y unilateral determinismo geográfico que subyace en muchas escuelas de pensamiento geopolítico y geoestratégico, sobre todo del período inicial (entre fines del siglo xix y la II guerra mundial).

La reflexión geopolítica, se interroga, contextualiza e intenta racionalizar las relaciones de poder que se configuran entre actores en el sistem internacional, a partir de su oposición/consenso en determinados espacios y territorios en su complejidad objetiva, en procura de recursos, prestigio y/o hegemonía.


Introducción a la problemática geopolítica


La “arqueología” intelectual  moderna de la geopolítica hunde sus raíces en los últimos decenios del siglo XIX en Europa donde Friedrich Ratzel y Rudolf Kjellen, elaboran la teoría de un Estado que debiera estar dotado de vitalidad, respondiendo a la atmósfera darwiniana prevaleciente en las universidades y escuelas del mundo anglosajón.  Kjellen postula que el Estado debe orientarse hacia cinco políticas complementarias y convergentes: la econopolítica, la demopolítica, la sociopolítica, la cratopolítica y, para conducir hacia su expansión natural, la geopolítica.

El acento darwiniano vino dado por el propósito de confundir el Estado con un organismo viviente (una ameba, una célula), deformación conceptual que conduce teórica y prácticamente a la premisa que -siendo un organismo dinámico y vivo- experimenta en su desarrollo las mismas fases de los seres biológicos: nacimiento, infancia, crecimiento, adultez y envejecimiento.  De este darwinismo primario y sacado de contexto, la primera geopolítica va a deducir que el Estado debe crecer y defender su espacio vital.

Hay que reconocer que la geopolítica nace estatista, darwinista y determinista.  Kjellen la define como “el estudio del Estado considerado como un organismo geográfico, o incluso como un fenómeno espacial, es decir, como una tierra, un territorio, un espacio o mas exactamente todavía, un pais.” (Gallois, P.: Geopolitique.  Les voies de la puissance. Paris, 1990. PLON-FEDN, p. 27) 


Saliendo definitivamente desde el paradigma darwinista, organicista y racista en que surgió la primera geopolítica, en la Europa de fines del siglo XIX y principios del siglo XX (representada por autores como Ritter, Ratzel, Kjellen, Haushoffer, Backhauser, Pinochet, Atencio…), la geopolítica contemporánea se puede definir como una representación geográfica y política de las relaciones de poder que se establecen en los territorios.

Es necesario reconocer que aquella geopolítica germana de los años 20 y 30, comandada por Karl Haushofer, Rosenberg y el Institut für Geopolitk, y que proporcionó los fundamentos geográficos al proyecto hitleriano y nazi-fascista de expansión y de exterminio racial, encontró numerosos adeptos en distintas regiones del mundo, especialmente en América Latina. 

En muchas escuelas militares latinoamericanas se estudiaba Haushofer hasta los años 50 y 60, como lo refleja el caso del libro "Geopolítica" del coronel Augusto Pinochet, publicado en 1967 y donde el militar chileno revela su abierta inclinación por la geopolítica nazi de Haushofer y de Ratzel y del brasileño Golbery do Couto e Silva, otro militar sudamericano heredero de aquella geopolítica germana.  El texto, hoy difícil de encontrar, es una suma interminable de citas y frases copiadas por Pinochet desde Ratzel, Haushofer y otros teóricos, pero cuya verdadera autoría intelectual, el autor del libro oculta y silencia.

En América Latina, la vieja geopolítica alemana (de raigambre darwinista, organicista y racista asociada estrechamente al proyecto nazi-fascista hitleriano) encontró terreno intelectual y político propicio durante la primera mitad del siglo XX en ciertas escuelas militares y en ciertos autores: Golbery do Couto e Silva, M. Travassos, M. Mattos, L. Rodrigues, T. de Castro en la escuela geopolítica brasileña de los “círculos concentricos” de Castello Branco y Leitao da Cunha; en autores chilenos como Pinochet; y en autores argentinos como J. Asencio y Jorge A. Fraga, cuya raigambre teórica permaneció fuertemente asociada a los conceptos geopolíticos alemanes ya mencionados.

La ruptura con esa tradición geopolítica anterior ha sido lenta y gradual después del año 2000 y responde más a la necesidad de encontrar paradigmas geopolíticos que permitan interpretar las realidades del continente latinoamericano en una época de incertidumbre estratégica, de globalización, de hegemonía global estadounidense, de crisis sistémicas y de mutaciones profundas en el orden mundial. 

En este sentido, dos pasos significativos han sucedido en los recientes veinte años en América Latina en el campo intelectual de la reflexión geopolítica: en primer lugar, la independización intelectual de la disciplina respecto de las escuelas militares y de las esferas castrenses (lo que llamamos el “enclaustramiento militar de la geopolítica”), y en segundo lugar, la apertura de la reflexión geopolítica latinoamericana hacia otros campos del conocimiento y problemáticas de la realidad actual, tales como la energía (gas natural, petróleo), el acceso y dominio de los recursos naturales, la sustentabilidad ambiental del desarrollo, la dependencia económica respecto de capitales y potencias económicas extranjeras, la integración latinoamericana en los campos energético, de infraestructuras, económico, de la seguridad y de la defensa entre otros.

El desenclaustramiento de la visión estrictamente militar de la geopolítica, podría contribuir incluso a abrir las puertas a la reflexión geoestratégica y oceanopolítica, como lecturas interdisciplinarias que relacionan los espacios-territorios a las relaciones de poder en el campo estratégico y en la esfera marítima, naval y oceánica.


La geopolítica latinoamericana en los primeros decenios del siglo XXI ha dejado de ser una herramienta al servicio de proyectos expansionistas y militaristas de algunos círculos nacionalistas, para avanzar a constituirse en una disciplina de amplio espectro, orientada a la seguridad, el desarrollo, la integración y la comprensión de las realidades geográficas y territoriales de un mundo y un sistema-planeta que se encuentra en plena mutación.

Surgen así nuevos campos especializados de la geopolítica. (igc)


Problemas y desafíos de las geopolíticas latinoamericanas


La geopolítica como disciplina, llegó a América del Sur como resultado de dos vías de influencia intelectual distintas: el predominio político, estratégico y económico de los Estados Unidos expresado en las escuelas militares de formación de oficiales latinoamericanos, y la herencia proveniente de la geopolítica germana de principios del siglo xx, a través de los restos de la influencia prusiana sobre algunos ejércitos sudamericanos. 
En ambos casos se trata de anacronismos conceptuales que tienen una profunda explicación ideológica y política.    

Cabe destacar que a lo largo de casi un siglo de reflexión geopolítica en el continente sudamericano, se subraya el hecho que la geopolítica llegó a esta región del mundo, a partir del interés mostrado por oficiales de ejército y profesores de las escuelas militares (de Brasil, Argentina, Perú, Chile, Venezuela y otros países), de donde se desprende que la geopolítica en América del Sur surge como una preocupación castrense, que sólo mas tarde -en la segunda mitad del siglo xx- va a extenderse al mundo civil y universitario.
En América Latina, los respectivos "programas geopolíticos" provenientes casi siempre de las aulas castrenses, han estado directamente ligados a los proyectos geopolíticos y socio-económicos de las oligarquías locales dominantes en un momento determinado del desarrollo histórico de cada nación.  En la medida en que los ejércitos y las fuerzas armadas en general de esta región del mundo, han sido portadoras de determinados paradigmas geopolíticos (generalmente "importados" desde escuelas extranjeras), dichos paradigmas se han correspondido y han respondido en definitiva a los intereses de las clases sociales dominantes, a las cuales las propias elites militares pertenecen.
En América Latina ha existido históricamente una correlación directa entre "proyecto político y socio-económico" de la clase dominante en cada nación y el "proyecto geopolítico" de las elites militares.
A lo menos dos épocas pueden discernirse en la historia intelectual de la geopolítica sudamericana: un primer período de fuerte influencia prusiana y europea (entre 1930 y 1960 aproximadamente), y un segundo período, de influencia estadounidense (entre la década de los sesenta y fines del siglo xx).   La geopolítica en América del Sur en su historia intelectual, sigue los pasos de la situación de dependencia que tiene ésta región respecto de la dominación británica (hasta la I Guerra Mundial) y de la dominación estadounidense (a partir de la II Guerra Mundial).


 ¿Cuál era la visión geopolítica predominante en Sudamérica durante la primera epoca?


 En primer lugar, desde sus orígenes a  principios del siglo xx, las doctrinas geopolíticas "importadas" en América Latina, se relacionaron estrechamente con la propia visión territorial que cada Estado nacional tenía respecto de sus relaciones con los vecinos del entorno.  Se trataba todavía de Estados nacionales en proceso de formación, o más bien dicho, de Estados que no terminaban de constituirse institucional y territorialmente y de comunidades que aún no habían concluido su proceso de construcción nacional e identitaria. 

 Dos vertientes intelectuales de influencia europea es posible discernir en la geopolítica sudamericana de la primera mitad del siglo xx: una corriente de influencia francesa que se instaló en las escuelas militares argentina, peruana y brasileña (Vidal de la Blache y otros autores) y una corriente de influencia germana (prusiana) que se instaló en las escuelas militares chilenas (Ratzel, Haushofer).

 Las dos escuelas militares de orientación geopolítica brasileña y chilena de este período, pueden ser paradigmáticas a la hora de examinar sus efectos e impactos sobre el proceso de formación castrense de sus oficiales y sobre los respectivos proyectos nacionales de afirmación territorial y nacional. 

 Mientras Brasil promueve una geopolítica de conquista del espacio amazónico y continental sudamericano, penetrando en el Matto Grosso selvático -en definitiva una geopolítica de completación de la unidad territorial brasileña y de conquista de la frontera natural amazónica- en cambio, Chile despliega una política de tensión fronteriza con Argentina, reclamando territorios limítrofes en el sur patagónico y en los canales australes y redefiniendo su despliegue del dispositivo militar, al mismo tiempo que reafirma su distancia con la reclamación marítima boliviana y la presión geopolítica del Perú hacia el sur.

 Mientras la geopolítica brasileña se elabora sobre una lógica de construcción de la unidad nacional, la geopolítica chilena se construye bajo una lógica de defensa frente a las amenazas fronterizas que le rodean.

 En este contexto, la "infiltración" tranquila y la adopción no-crítica de las doctrinas geopolíticas europeas y germanas de los años 10 y 20 del siglo xx, vinieron a reforzar las ambiciones expansionistas y los proyectos de consolidación y conquista territorial aun pendientes. Es una geopolítica "a la defensiva" centrada en el proceso de completación de la unidad nacional y en la necesidad de alcanzar las fronteras naturales de cada territorio soberano.   Entonces, "unidad nacional" y "fronteras naturales" son los conceptos claves de la geopolítica sudamericana de principios del siglo xx, fuertemente influenciada por Darwin, Ratzel, Kjellen y Haushofer.

 La lógica ratzeliana y darwiniana de entonces, al entender al Estado como un organismo viviente en proceso de expansión y al existir indefinición del concepto de fronteras naturales, necesariamente tendía a justificar los afanes y proyectos expansionistas de determinados círculos gobernantes y ponía el acento en la importancia central de los conflictos territoriales y fronterizos heredados de la anterior dominación colonial española.


 ¿Tiene sentido entonces, establecer la hipótesis que esta visión  geopolítica darwiniano-ratzeliana tendió a justificar e inducir los conflictos fronterizos y limítrofes y territoriales de la primera mitad del siglo?   ¿O los conflictos fronterizos-territoriales sudamericanos son anteriores a la llegada de las enseñanzas geopolíticas germanófilas?

 Los años sesenta marcaron un giro en la geopolítica sudamericana.

 A través de la formación castrense de oficiales latinoamericanos (realizada tanto en ciertas escuelas de EEUU, como en las propias academias militares sudamericanas), la doctrina estadounidense de la seguridad nacional penetró la totalidad de la visión geopolítica de la elite militar sudamericana, adoptando todos ellos la visión geopolítica de un mundo bipolar atravesado por el conflicto entre Occidente y el comunismo. 

 La geopolítica bipolar de influencia estadounidense en esta región del mundo, permitió que los Estados y las fuerzas armadas sudamericanas entraran en el escenario político, mediante distintas formas de intervención, en algunos casos conquistando el gobierno y el poder mediante golpes de estado.

 En algunos casos, la geopolítica anterior de influencia prusiana (como en Chile), fue adaptada a los requerimientos de la guerra fría y de la seguridad nacional importada desde Estados Unidos, lo que permitió que en los oficiales chilenos se manifieste una extraña mezcla de conceptos geopolíticos germanos de la primera época (Von Chrismar), con la ideología anticomunista de la seguridad nacional (Pinochet, Ricardo Riesco...).


En Argentina, en cambio, la reflexión geopolítica y marítima, continuará conducida por marinos y militares: Segundo Storni, general Guglialmeli, Isaac Rojas, Justo Briazo, Felipe Martini, Miguel Bassil, Jorge A. Fraga ("El mar y la Antártida en la geopolítica argentina", 1980, Instituto de Publicaciones Navales) y Jorge Atencio, trabajarán durante los años setenta y ochenta en torno a los conflictos limítrofes de Argentina con Chile, tanto en el espacio continental, como insular y marítimo, bajo la lógica de "contener el expansionismo chileno", al mismo tiempo que los geopolíticos chilenos trabajan bajo el argumento de "contener el expansionismo argentino"...  


 Detrás de una geopolítica...siempre se encuentran otras geopolíticas...


En el "tournant" del fines del siglo xix hacia los primeros decenios del siglo xx, la reflexión geopolítica que se había iniciado en las escuelas geográficas europeas y nórdicas, se extendió hacia otros horizontes intelectuales y políticos. La historia de la"infancia" de la geopolítica, registra el surgimiento de escuelas geopolíticas en Estados Unidos (Mahan y Spykman, entre otros), en Gran Bretaña (Mackinder entre otros), en Francia (Vidal de la Blache, Castex, Poirier...) y en una profusión de naciones y Estados modernos.

La proliferación inmediata de la reflexión geopolítica en las grandes potencias dominantes del sistema mundial, antes de la I Guerra Mundial, indica claramente la funcionalidad que pasó a cumplir el pensamiento geopolítico (a veces aparentemente replegado en la academia y las universidades) con los proyectos políticos continentales o mundiales de esas potencias. 

De allí que pueda decirse que siempre o casi siempre (a lo menos en el período anterior a la II Guerra Mundial) ha existido una conexión (sutil, discreta o abierta) entre reflexión geopolítica y proyectos de hegemonía que se inscriben en una visión estratégica y prospectiva de los Estados dentro de los cuales tal reflexión tiene lugar. 


Después del desastre de la II Guerra (1939-1945), las geopolíticas nacionales (mas o menos constituidas en "escuelas") siguieron siendo el "caballo de batalla intelectual" de los proyectos políticos y estratégicos de las potencias y de los Estados que tomaron conciencia de su lugar en la historia y la geografía.  Lo que podemos denominar las "escuelas nacionales" como fenómeno intelectual que se desarrolla durante la primera mitad del siglo xx, no es más que la expresión académica y reflexiva de una comprensión cada vez más aguda dentro de las elites intelectuales y políticas de las naciones y Estados, acerca de la importancia, el impacto y las implicancias de la reflexión geopolítica en las decisiones que se adoptan en la Política, en la Diplomacia y en la Estrategia.


Durante el siglo xx, y particularmente entre los años 40 y los años 60,  asistimos a la eclosión de las escuelas geopolíticas.  La inspiración de Halford Mackinder y su concepto del "pivot geográfico de la historia" (1904) va a fortalecer la reflexión británica en torno a un paradigma  "bipolar" que parte desde noción de la confrontación entre potencias terrestres y potencias marítimas, mientras que Alfred Thayer Mahan en Estados Unidos, también a inicios del siglo, permitirá la toma de conciencia estadounidense de su lugar hegemónico en el planeta, como potencia marítima y estratégica.


Una línea del tiempo de la reflexión geopolítica estadounidense a lo largo de todo el siglo XX, permitiría recorrer desde Mahan (y sus influencias intelectuales provenientes de Jomini y Clausewitz), pasando por Nicholas Spykman (American Strategy in World Politics), Stanley Hoffman y  Henry Kissinger hasta llegar a los contemporáneos Samuel Huntington y Francis Fukujama, algunos de loe pensadores geopolíticos de la post guerra fría. 


Los franceses desarrollaron una escuela geopolítica alimentada por Vidal de la Blache en el siglo xix y particularmente por el Almirante Castex, Lucien Poirier, Pierre Gallois, Gerard Chaliand y la nueva escuela geopolítica de Yves Lacoste y la revista "Herodote".


Mientras tanto, los rusos y soviéticos avanzaron en la reflexión geopolítica, dando cuenta del pensamiento geográfico y político del siglo xix, a través de autores modernos como P. Pospelov, P. Rodmistrof, M. Sokolowsky, G. Gorschkov y M. Gorbatchov, entre otros, hasta la desaparición de la URSS.  

Otras visiones geopolíticas alternativas surgieron en el siglo xx, entre las cuales cabe destacar las elaboraciones de Immanuel Wallerstein y su paradigma del "sistema-mundo" (world-system) junto na Chasse-Dun, Arrighi y otros autores, según los cuales los profundos movimientos de época que tienen lugar desde fines del siglo xx en adelante,  dan cuenta de transformaciones tectónicas de amplio alcance, en la fase final del capitalismo industrial y post-industrial.

En China por su parte, una larga tradición de a lo menos 700 años de  pensamiento estratégico, encuentra en el geopolítico WeiYuan (1794-1856) y en los trabajos que hoy despliegan varias universidades y centros de estudios superiores, a través de reflexiones geopolíticas elaboradas desde la perspectiva de la potencia marítima y continental china en Asia y en el Pacífico.  Después de la transición entre la administración de Jiang Zemin hacia la de HuJintao, China se encamina a devenir una potencia de alcance global en la escena geopolítica: numerosos autores chinos contemporáneos trabajan en esta lógica, tales como Jiang LingFei, Pang Shongying (del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad Qinghua), así como Yang Chengxu del Instituto de Estudios Internacionales de Shanghai.

Pero el cambio intelectual mayor experimentado por el paradigma geopolítico después de la gran guerra y a lo largo de la segunda mitad del siglo xx, es que la geopolítica salió de las escuelas militares y las academias de guerra y se instaló en la esfera civil, académica y universitaria, con mayores o menores grados de independencia respecto de los planes estratégicos castrenses y sus hipótesis de conflicto.

Hoy día al parecer "hacen geopolítica" más los civiles que los militares, al mismo tiempo que la disciplina geopolítica se ha despojado (en gran parte, aunque no del todo...) de sus antiguos conceptos guerreros, darwinistas y bélicos, para atravesar hacia la reflexión del desarrollo, de los procesos de urbanización, de los problemas del medio ambiente, del acceso y dominio de los recursos naturales y energéticos.  (igc - mlr)


La naturaleza de la reflexión geopolítica


Lo geopolítico obedece a miradas cruzadas, a interrogaciones inter y multidisciplinarias que intentar esclarecer la comprensión de las relaciones de poder que se configuran en los espacios humanos, en los territorios en que cada Estado, grupo, empresa, institución (en síntesis cada actor programático) ejerce su dominio. 

En cada espacio y en cada territorio, se establece un juego dinámico y complejo de relaciones (de dependencia, de dominación, de subordinación, de hegemonía, de poder) de acuerdo a intereses superpuestos y entrecruzados que se despliegan en arenas diversas.   Estos actores y sus intereses y estrategias, entran en colisión en procura de recursos definidos y racionalizados como estratégicos y vitales.

Existe por lo pronto una territorialidad y una espacialidad geopolítica constituida  por la comprensión colectiva de los intereses en juego en las relaciones de poder que se establecen en lugares, sitios, campos, campos de fuerzas, arenas, recursos y escenarios.

Yves Lacoste, el famoso geopolítico francés,  en su ensayo “Géopolitique et Géostratégie”, define a la geopolítica no como una ciencia o una pretendida ciencia, sino como “una aproximación racional a un conjunto de representaciones y de argumentos contradictorios, que traducen rivalidades de diversos tipos de poder sobre los territorios.”  (http://www.stratisc.org/strat_050_Lacoste.html)

Alain Joxe simplifica aún más la síntesis conceptual y define la geopolítica como “la teoría de la acción en el espacio político“. (http://www.stratisc.org/strat_050_DAUDELGEOG.html)

Es evidente sin embargo, que la geopolítica en tanto representación del espacio y los territorios, no se limita a ser argumentativa ni a desplegar retóricas: la geopolítica sobre todo y fundamentalmente se traduce en prácticas, en decisiones, en conductas, en despliegue de medios y de estrategias, en acciones concretas.


La disciplina geopolítica -como expresión intelectual propia de la modernidad y la postmodernidad- da cuenta críticamente de estas relaciones y las sitúa en lecturas e interpretaciones del presente (útiles a los procesos de toma de decisiones, pero no siempre funcionales a los intereses de los Estados y actores implicados en el juego) y también puede integrarse en escenarios prospectivos de horizonte de mediano y largo plazo. (mlv)


De una geopolítica general a distintas geopolíticas especializadas


En un movimiento intelectual que responde a los nuevos dilemas y problemáticas contemporáneas, la disciplina geopolítica se orienta hacia el estudio de nuevos nudos problemáticos y fuentes de conflictos, propios del desarrollo actual y futuro de la sociedad. 


Se trata de pasar desde las miradas globales y generalizadoras (necesarias acaso a la fundación de una disciplina conceptual y metodológicamente consistente) hacia estructuras conceptuales, modelos teóricos y categorías de análisis que den cuenta de la complejidad característica del mundo actual y del futuro previsible. 

En esta orientación intelectual la geopolítica contemporánea encuentra zonas de comunicación e intercambio interdisciplinario con las Relaciones Internacionales, con la GeoEconomía, con las Ciencias de la Información, con la Ecología y Ciencias del Medio Ambiente, con la Ciencia Política, entre otras disciplinas de las Ciencias Sociales. 


Se constituyen así nuevos campos y objetos de estudio como la geopolítica de la energía, la geopolítica del desarrollo, la geopolítica de la infraestructrura, la geopolítica de los recursos naturales, la geopolítica del turismo, la geopolítica de los espacios urbanos, entre otros. (mlr+igc)


POR UNA GEOPOLITICA PROSPECTIVA

GEOPOLITICAS: ESPACIOS Y TERRITORIOS COMO AMBITOS DEL PODER


La Geopolítica posee una tradición intelectual discutida, contestada y polémica y al mismo tiempo se corresponde con una manera de apreciar y de analizar el poder materializado en los territorios.  Sus orígenes históricos inmediatos (a fines del siglo XIX) ligados estrechamente al proyecto expansionista, racista y belicista del nazismo, marcaron un mal comienzo para una disciplina que pretende alcanzar el estatus científico.


La Geopolítica se posiciona en la cartografía intelectual moderna, como un producto típicamente occidental, pero cuyos antecedentes remotos se encuentran en las mas diversas culturas y civilizaciones, lo que permite afirmar que en la historia de la humanidad, desde los tiempos de la antiguedad clásica, subyace una tradición dispersa de reflexión y de conceptualización que vincula a la geografía con la política.


Los antecedentes “prehistóricos” de la reflexión geopolítica han podido discernirse en autores tan lejanos y diversos en el tiempo como Aristóteles, Tucídides, Heródoto, Estrabón, Tolomeo, Sun Tzu, Mei Yao Schen, Ibn Khaldoun, y mas tarde, Maquiavelo, Jean Bodin y Montesquieu.  Pero todos ellos giraron en torno a la noción que la geografía influia determinantemente sobre la vida y la cultura humana, dando pie para que Darwin y sus seguidores (entre los decenios finales del siglo XIX y principios del siglo XX), retomaran y elaboraran la concepción del determinismo greográfico.


Conceptos


Las premisas fundamentales de la reflexión geopolítica, (escapando del darwinismo  primario de los primeros 20 años del siglo XX y que permaneció anidado en muchas escuelas militares latinoamericanas) pueden sintetizarse en las siguientes fórmulas:

1º la idea que entre el espacio geográfico y los grupos humanos, se establecen a través de la historia, diversas formas de relación y de interdependencia que se determinan mutuamente (dejando de lado así los determinismos geográficos del pasado). Puede hablarse de una interdependencia humanos-espacio, que opera en el tiempo y en la geografía, articulando relaciones sociales, estructuras políticas, significados culturales, al mismo tiempo que estos procesos tienden a trfansformar el marco físico o territorial donde tienen lugar;

2º la idea que el espacio geográfico y físico, son objeto de procesos voluntarios de apropiación, de control, de dominio, dando forma a la llamada “territorialización“, es decir a la transformación del entorno geográfico como producto de la presencia y la acción creadora humana;

3º la idea que el espacio (geográfico, físico, virtual, comunicacional…) es un territorio o una suma interdependiente de territorios superpuestos, donde se despliegan estrategias, significados, actores y recursos en un juego siempre dinámico de poder.


Herramientas


Puede caracterizarse así la existencia de una “situación geopolítica“, es decir, de un conjunto de relaciones de poder en el tiempo y que se expresa y manifiesta en el espacio (y en sus distintas arenas), en las que los actores despliegan estrategias y recursos en función de sus intereses y aspiraciones.  De este modo, lo geopolítico hace alusión a la forma cómo los individuos, grupos humanos, actores, instituciones o estructuras de poder se posicionan en el espacio (economico, político, comunicacional, virtual, social, cultural…) y procuran incidir en los procesos de toma de decisiones y hacer prevalecer sus respectivas estrategias.


De este modo, la problemática geopolítica es siempre es una problematica relacional y su contenido fundamental es el poder.


Creemos ademas discernir que la reflexión y el análisis geopolítico (poder, actores, territorios y recursos), no obedecen solamente a una lógica militar o bélica.  La Geopolítica no tiene porqué ser una subordinada de la Polemología, de la Historia Militar e incluso de la Estrategia, sino que debe reconocerse que la dimensión militar-estratégica de las relaciones de poder en los espacios y territorios, es una dimensión, es un punto de vista, para entender geopolíticamente el mundo y la realidad, pero no es ni el único ni el principal. 


La reflexión geopolítica integra además dos dimensiones que permiten comprender mejor los procesos sociales, políticos y estratégicos: uno es el de la escala geográfica o espacial en la que actúan los grupos humanos  (local, regional, nacional, subregional, continental, global) y otro es la dimensión temporal en la que se enmarcan las prácticas de poder.  Así como hay un tempo político para referirnos al ritmo específico que adquieren las prácticas, las acciones y las estrategias, habría también un tempo geopolítico en el que el analista puede discernir momentos, escenarios y coyunturas en que las variables geopolíticas encuentran su momento de síntesis y de condensación. 

Finalmente cabe subrayar que el analisis geopolítico posee una fuerte impronta multidisciplinaria: se nutre de los aportes de la Ciencia Política, de las Relaciones Internacionales, de la Economía y de la Estrategia y en ese punto de encuentro teórico, hace posible intentar la empresa intelectual de dar inteligibilidad y racionalidad a las prácticas de poder de los grupos, actores, Estados en el espacio y los territorios.  “…la cualidad de los campos disciplinarios solamente puede resolverse  desde le optica de su articulación en la realidad”. (Zemelman, H.: Los horizontes de la Razón. México, 1992. Ed. Anthropos, p. 31).


PROSPECTIVAS: SIEMPRE HAY VARIOS FUTUROS POSIBLES


La prospectiva es a la vez una disciplina moderna aun en proceso de construcción y una reflexión sobre el futuro, situada en la perspectiva del mediano y el largo plazo.


Comienza la Prospectiva como una herramienta metodológica de proyección para la planificación militar en las postrimerías de la II Guerra Mundial. 

La actitud prospectiva  supone adoptar el concepto que el futuro no es un dato fijo ni definitivo, sino que siempre existen varios futuros posibles, dependiendo de las decisiones que se adopten en el presente.  En la línea del tiempo (la lógica occidental del tiempo lineal “pasado-presente-futuro”), mientras la historia mira el pasado desde el presente, mientras las ciencias sociales miran el presente desde el presente, la prospectiva mira el futuro desde el futuro sin olvidar el presente. 

La Prospectiva se vale de un conjunto de herramientas y conceptos, tales como los escenarios, los hechos portadores de futuro, las tendencias profundas, para construir visiones multidisciplinarias complejas acerca de los futuros que pueden presentarse en determinados horizontes de tiempo, a fin de proporcionar, en el presente, información relevante sobre los cursos de acción futura para los procesos de toma de decisiones.

¿Es posible una Geopolítica prospectiva?  Creemos que es posible la empresa intelectual de integrar en el estudio geopolítico de las relaciones de poder en los espacios y territorios, las herramientas de la prospectiva para proyectar hacia el futuro, tendencias, comportamientos, cursos de acción y escenarios.


Manuel Luis Rodríguez U. - Ignacia Cavarozzi M.


GEOSUD - OBSERVATORIO AUSTRAL DE GEOPOLITICA Y PROSPECTIVA

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